LA OPINION ZAMORA / En tiempos de gripe, ¿deberíamos tener en casa un pulsioxímetro? ¿cuál es el más indicado?

Catarros, gripes… Las infecciones respiratorias propias de esta época son las grandes protagonistas de estas últimas semanas.
Estornudos, mocos, tos, fiebre… Son algunos de los síntomas propios de estas enfermedades que pueden llegar a durar hasta dos semanas. Por eso, no está de más contar en casa con un pulsioxímetro, al igual que ocurre con un tensiómetro para medir la tensión, y controlar la concentración de oxígeno en sangre.
Al igual que el tensiómetro o el termómetro corporal, que han calado en nuestros hogares y se consideran aparatos cuasi indispensable, el pulsioxímetro de dedo acabará a su lado, cada vez más necesario como consecuencia de las enfermedades pulmonares como el asma.
Estamos hablando de instrumentos no invasivos, que nos ayudan a mantenernos alerta ante las enfermedades y nos permiten reaccionar con rapidez ante cualquier situación extraña.
Incluso podemos realizar un seguimiento que podría ser muy útil para aportar datos al médico cuando llegamos a la consulta. Porque esa información podría para facilitarle las cosas a la hora de formular su diagnóstico.
Los más habituales son los pulsioxímetros de dedo. Solo hay que introducir un dedo de la mano o del pie en el aparato, y ese pequeño ‘gesto’ nos permitirá saber al instante la saturación de oxígeno y el pulso cardíaco, gracias a la pantalla que incorpora.
El margen de error que presenta su medición con respecto a la que nos darían aparatos médicos profesionales mayores, es bastante pequeño Por eso se trata de una herramienta bastante buena y rápida de usar para los primeros auxilios.
Además, se utiliza cada vez más en el ámbito del hogar por ser cómodo, sencillo, práctico y portátil (al ser de batería recargable o pilas), por lo que ha pasado a formar parte de cualquier botiquín que se precie.
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